Las redes sociales son una herramienta de ocio que nos permite la comunicación con otras personas. A través de ellas compartimos opiniones, gustos, fotos, etc. tanto personales como profesionales, lo que las convierte en un almacén de información personal del que se pueden obtener muchas averiguaciones acerca de una persona. Por ello, las redes deben utilizarse con prudencia.
Habitualmente nos registramos en redes sociales o en otro tipo de aplicaciones web sin leer las condiciones de privacidad que aceptamos, autorizando con ello el acceso a terceros a nuestra información.
ACCESO A LOS DATOS POR PARTE DE TERCEROS USUARIOS
Uno de los aspectos a tener en cuenta cuando nos damos de alta en una red social, es el de la privacidad de los usuarios o nivel de protección de los datos e informaciones que una persona introduce en la red respecto del acceso a ellos por parte de otros usuarios.
Podemos observar que continuamente se publican noticias sobre personas que han perdido su trabajo o que han sufrido consecuencias negativas por realizar comentarios en Facebook, Twitter o Whatssap que han llegado a oídos de quien no debían.
ACCESO A LOS DATOS POR PARTE DE LAS EMPRESAS PROVEEDORAS
Además, hemos de tener en cuenta que toda esta información, la dejamos en manos de las compañías en las que los usuarios nos registramos, escapando así de nuestro control, la cual puede ser, y de hecho es, vendida a compañías publicitarias o de estudios de mercado.
Por tanto, es recomendable que cada usuario se preocupe por establecer el nivel de configuración de la privacidad adecuada, así como el contenido de la información, pues una vez publicado, perdemos el control sobre el mismo aunque posteriormente lo borremos.